Los trolebuses del DF, una verguenza
Trolebuses del Servicio de Transporte Eléctrico del Distrito Federal carecen de mantenimiento en algunas de sus rutas. Vidrios rotos, problemas en los mecanismos para abrir y cerrar puertas y falta de servicio por el cableado (lo cual obliga a los operadores a parar otra unidad para que suba a los usuarios que transportan), son algunas de las fallas reportadas por estas unidades.
Además, hay conductores que permiten subir a vendedores de discos “pirata” y demás artículos, pese a que está prohibido.
Durante un recorrido por la línea G, que va de Bulevar Puerto Aéreo a El Rosario, se comprobó que —aunque la mayoría de los usuarios son de la tercera edad, por la gratuidad en el transporte— no todas las unidades cuentan con las condiciones necesarias para subir a los pasajeros que tienen alguna discapacidad.
En la ruta que va de San Felipe a Hidalgo, el estado físico de las unidades evidencia su tiempo de uso, pues hay vidrios rotos y rayados, en ocasiones las puertas para descender se atascan y los conductores deben descender de la unidad para poder resolver el desperfecto.
Durante el recorrido, hubo personas que subieron a cantar, vender dulces y revistas de crucigramas, en un trayecto que comprendió de avenida Ángel Albino Corzo hasta el Metro Garibaldi.
Operadores de esta ruta aceptaron que las unidades deben de ser cambiadas, pues el mantenimiento que se les da sólo se refiere a pintura. Hay vehículos que tienen goteras y los asientos no son los adecuados.
Víctor Manuel Figueroa, quien es operador desde hace 10 años, comentó a últimas fechas el sistema de transporte se ha preocupado por darles mantenimiento, pero hay unidades que llevan en circulación muchos años.
Algunos usuarios manifestaron estar a gusto con el servicio por parte de los operadores, pues les tienen paciencia para subir los “escalones tan altos”. Por ello, aguantan que no tengan condiciones de limpieza.
Severiana Sánchez Martínez ocupa el Trolebús cada 15 días. Califica el servicio como bueno y mencionó que los operadores tienen paciencia al ver subir a las personas de la tercera edad.
Norma Leticia Medina, quien usa el Trolebús todos los días, comentó que en temporada de lluvias sufre de constantes goteras, ya que los vehículos son “muy viejos” y cuando hay demasiados carros en el carril especial los cables del transporte se zafan.
Urgen renovación de parque vehicular
Hay trolebuses a los que sólo se les da una “manita de gato” con hojalatería, energía en catenarias y sustitución de cables para ser reinauguradas, mencionó Daniel Zamudio, ingeniero en transporte e integrante de la asociación El Poder del Consumidor.
Según la página del Servicio de Transporte Eléctrico del DF, el sistema tiene unidades de 1975, 1981, 1984, 1988, 1994 y 1998. En ese sentido, dijo, no es una renovación real.
El descuido, consideró Zamudio, se debe a que el Trolebús no es uno de los principales medios de transporte, en el Distrito Federal.
“De los 49 millones de viajes que se realizan, 53% es por microbuses, autobuses, combis, de esta manera vemos que el sistema Trolebús al carecer de una red que cubra un área fuerte de la zona metropolitana, pues no es un medio muy usado”, dijo.
Pese a su bajo nivel de uso, representa de las mejores opciones para aminorar el impacto ambiental en el DF, además de que le permite al usuario llegar a su destino de manera expedita, gracias al carril confinado.
Además, hay conductores que permiten subir a vendedores de discos “pirata” y demás artículos, pese a que está prohibido.
Durante un recorrido por la línea G, que va de Bulevar Puerto Aéreo a El Rosario, se comprobó que —aunque la mayoría de los usuarios son de la tercera edad, por la gratuidad en el transporte— no todas las unidades cuentan con las condiciones necesarias para subir a los pasajeros que tienen alguna discapacidad.
En la ruta que va de San Felipe a Hidalgo, el estado físico de las unidades evidencia su tiempo de uso, pues hay vidrios rotos y rayados, en ocasiones las puertas para descender se atascan y los conductores deben descender de la unidad para poder resolver el desperfecto.
Durante el recorrido, hubo personas que subieron a cantar, vender dulces y revistas de crucigramas, en un trayecto que comprendió de avenida Ángel Albino Corzo hasta el Metro Garibaldi.
Operadores de esta ruta aceptaron que las unidades deben de ser cambiadas, pues el mantenimiento que se les da sólo se refiere a pintura. Hay vehículos que tienen goteras y los asientos no son los adecuados.
Víctor Manuel Figueroa, quien es operador desde hace 10 años, comentó a últimas fechas el sistema de transporte se ha preocupado por darles mantenimiento, pero hay unidades que llevan en circulación muchos años.
Algunos usuarios manifestaron estar a gusto con el servicio por parte de los operadores, pues les tienen paciencia para subir los “escalones tan altos”. Por ello, aguantan que no tengan condiciones de limpieza.
Severiana Sánchez Martínez ocupa el Trolebús cada 15 días. Califica el servicio como bueno y mencionó que los operadores tienen paciencia al ver subir a las personas de la tercera edad.
Norma Leticia Medina, quien usa el Trolebús todos los días, comentó que en temporada de lluvias sufre de constantes goteras, ya que los vehículos son “muy viejos” y cuando hay demasiados carros en el carril especial los cables del transporte se zafan.
Urgen renovación de parque vehicular
Hay trolebuses a los que sólo se les da una “manita de gato” con hojalatería, energía en catenarias y sustitución de cables para ser reinauguradas, mencionó Daniel Zamudio, ingeniero en transporte e integrante de la asociación El Poder del Consumidor.
Según la página del Servicio de Transporte Eléctrico del DF, el sistema tiene unidades de 1975, 1981, 1984, 1988, 1994 y 1998. En ese sentido, dijo, no es una renovación real.
El descuido, consideró Zamudio, se debe a que el Trolebús no es uno de los principales medios de transporte, en el Distrito Federal.
“De los 49 millones de viajes que se realizan, 53% es por microbuses, autobuses, combis, de esta manera vemos que el sistema Trolebús al carecer de una red que cubra un área fuerte de la zona metropolitana, pues no es un medio muy usado”, dijo.
Pese a su bajo nivel de uso, representa de las mejores opciones para aminorar el impacto ambiental en el DF, además de que le permite al usuario llegar a su destino de manera expedita, gracias al carril confinado.
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