El arrogante Metrobús

Foto: Mónica González

El Ángel Exterminador

Ciudad de México.- Marcelo Ebrard no deja de construir obra pública en el Distrito Federal (¡eeeeeeeeh!). Sin embargo, se aferra al delMetrobús como el único modelo de transporte viable (¡buuuuuuuuu!). Una avenida más que cruza la ciudad de norte a sur ha quedado libre de los nefastos microbuses (¡eeeeeeeeeh!), aunque en su lugar la gente tenga que pagar el doble para transportarse (¡buuuuuuuu!). Y aunque este nuevo medio de transporte tiene baños públicos (¡eeeeeeeeeh!), a una semana de su apertura los servicios ya hieden a baños de billar (¡buuuuuuuuu!).

Como en cualquier obra pública que implique alterar la fisonomía de las calles, en el caso específico de esta obra de la que, diría el clásico lugar común, se han escrito ríos de tinta, resultaron más beneficiados que afectados. Pienso en los ciudadanos que ahora tendrán su casa o centro de trabajo a pocos pasos de cualesquiera de las 32 estaciones, en zonas con endebles sistemas de seguridad. O el individuo que vive en Tultitlán y trabaja en la delegación Benito Juárez, el cual verá reducido su trayecto a una hora exacta entre ambas terminales, y todo porque el gusano mecánico va derecho y no se quita. ¿Quién lo para?

En ese sentido, el Metrobús circula arrogante, echando lámina en franco homenaje a las blindadas camionetas de valores. Durante sus maniobras, agresivas e intensas, los pasajeros sienten que el armatoste les hace justicia, y se convierte en el objeto de su venganza contra los automóviles que, en la ruta de este animalón, tienen que circular con humildad si no quieren ser abrazados por el bravo e institucional proceder de un sistema de transporte que siempre, escúchenlo bien, en todos los casos, lleva la preferencia y háganle como quieran.

Esas mismas arremetidas del Rojito son las que han provocado que en la Línea 2 del Metrobús,que corre, entre otras calles, por el Eje 4 Sur, Xola, los accidentes sean nota diaria. En el viaje que nos ocupa, la única mentada que se llevó el chofer se dio en la avenida Reforma, donde justamente el carro quedó a mitad del arroyo y en su ímpetu por cruzar a la fuerza casi empuja a inmaculado Jetta blanco.

Con un trayecto uniforme y recto, el único tramo donde el Metrobús de la Línea 3 pierde ritmo es en la vuelta que los ingenieros forzaron para llevar el recorrido por Balderas y de ese modo respetar que en la avenida Bucareli se sigan manifestando en cada época del año los de Antorcha Campesina (ahorita están en su plantón invernal). Es en esta zona donde al menos se respira un poco de folclor con los 300 vendedores ambulantes instalados entre Dr. Río de la Loza y avenida Hidalgo, que aunque fueron retirados con fines electoreros tres días después de la inauguración, a estas horas ya reúnen tumultos.

Es el caso del puesto de discos de reggae o el de los famosos huaraches campechanos, junto a los puestos de ropa americana de segunda mano, donde las películas piratas de cine de arte y en el de los jugos al momento por cinco pesos. Ni con el moderno Metrobús perdió Balderas su aura de calle antigua y de barrio popular, lo cual se agradece.

Con el tiempo récord de 18 minutos desde la terminal sur al Marchódromo de avenida Juárez, inicia la segunda fase del viaje que en realidad debió llegar hasta esa zona del Centro Histórico, si la idea original era acercar a los hermanos del Bronx tultitlanense con la Manhattan chilanga.

Otra ventaja que brinda el Metrobús es que no se ve interrumpida la señal satelital para sistemas de telefonía celular, por lo que las charlas por celular son más comunes que en el subterráneo. Y el trayecto hasta la parte final de la ruta, por todo Vallejo hasta el fondo, pudo ser harto tedioso de no ser porque me senté delante de un miembro de la comunidad gay que hablaba por celular con su nueva conquista. De Centro Médico a Caltongo le prometió presentarle a su mamá, no voltear a ver a chicos guapos en la escuela, hablarle puntual de nueva cuenta a las ocho de la noche y ser con él franco, abierto, fiel y simpático.

Ya en Tultitlán decenas de Juan Diegos se hallan listísimos para su viaje al DF adonde acuden para buscar apariciones milagrosas. Ahora con el Metrobús 3 las tienen más cerca que nunca.

Juan Alberto Vázquez